En un contexto muy interesante, el teletrabajo (trabajo a distancia o deslocalizado) sobresale como alternativa para generar empleo, reducir costes, mejorar la productividad y conciliar la educación de los hijos con el desarrollo profesional. En los últimos cinco años, la tasa de teletrabajadores se ha duplicado en España, según publica Consumer.es.
Todavía llama la atención, encuentra resistencias y hasta genera cierto recelo. Sin embargo, el trabajo a distancia no es un modelo reciente. Ha cumplido ya varias décadas, tras surgir en Estados Unidos en los años setenta del siglo pasado, con la crisis del petróleo. Su objetivo principal fue evitar desplazamientos en coche y, de esa forma, ahorrar energía. En la actualidad, si bien contribuye al ahorro de combustible, el teletrabajo representa una nueva forma de organización de las empresas, los profesionales, las instituciones públicas, las familias y en general de la sociedad.
Teletrabajo significa 'trabajo a distancia', aunque la expresión no vale para cualquier caso. Se utiliza para definir las actividades que se realizan fuera de la empresa o de la oficina, pero que se desarrollan como si el trabajador estuviera de manera física en ellas. La diferencia fundamental con el trabajo a domicilio, entre otros, es el papel protagonista que desempeñan la informática y las nuevas tecnologías (TIC) en la actividad laboral. Eso explica que esta modalidad de empleo esté más extendida en los países con mayores avances tecnológicos.
Estados Unidos y algunos países del norte de Europa encabezan la lista de lugares donde la revolución tecnológica ha pulverizado los esquemas tradicionales de trabajo. En ellos, la cuarta parte de los trabajadores tienen un empleo a distancia. Les siguen países como Reino Unido o China, con un 17% de teletrabajadores y bastante más lejos, España, donde la tasa de trabajo a distancia apenas roza el 10% de la población laboral. ¿Eso es mucho o es poco? Si se compara la cifra con los países donde se ha asentado y normalizado este modelo, el porcentaje es bajo. En términos relativos, la mitad. No obstante, si se toma como referencia qué ocurría hace solo cinco años, el crecimiento del teletrabajo es llamativo. En términos absolutos, ha aumentado hasta el doble.
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